Es consiente de que hay unos pocos cuyos ojos se abren como platos cuando ella pasa caminando.
Es consiente de que hay proyectos de caballeros que le gritan intentos de cumplidos.
Es consiente de que no es un insecto, una lacra.
Pero, qué le importa eso?
De qué le sirve?
Cuando sólo hay uno que al ella quisiera robarle un suspiro. O dos.
Sólo a él es al que ella le pide una mirada.
Y es aquel que jamás piensa en ella.
O sí?
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